Historia SVD

La Congregación del Verbo Divino (SVD)

La Congregación del Verbo Divino (SVD) fue fundada en 1875 por San Arnoldo Janssen en Steyl, Holanda. Cuando en 1900 llegan a Chile sus primeros misioneros, el Santo Fundador escribe: «Argentina, Brasil y Chile son los Estados más importantes de América del Sur, hacia donde Dios, nuestro Señor, llama a nuestra Congregación, donde además de la cura de almas, las actividades principales deben concentrarse en las asociaciones, la prensa y, ante todo, en la enseñanza».

La obra educacional de la Congregación dentro de la sociedad chilena, ha sido y sigue siendo muy valiosa. Sus colegios son, desde hace años, patrimonio de la sociedad chilena:

Liceo Alemán de Santiago – (Santiago, 1910 – 2007) Colegio Germania del Verbo Divino – (Puerto Varas, 1930) Liceo Alemán del Verbo Divino – (Los Ángeles, 1938) Colegio del Verbo Divino – (Santiago, 1950)
Escuela Industrial El Pinar – (Santiago, 1963) Liceo Espíritu Santo – (Santiago, 1963) Escuela Rural «San José del Huaqui» – (Los Ángeles, 1961) Liceo Alemán del Verbo Divino – (Chicureo, 2007)

En honor a los inescrutables planes providenciales de Dios, a la justicia y verdad históricas, al respeto a tantas personas relevantes implicadas y a los muy calificados frutos manifestados, la Congregación Verbita inició en Chile su labor pedagógico-formativa fundando en 1900 el afamado Liceo Alemán de Copiapó y, casi en forma paralela, se la escogió para dirigir la estratégica dirección académico-formativa del Seminario Diocesano del Obispado de La Serena. El primero hasta 1918 y el segundo hasta casi 1940, con connotados exalumnos nortinos tanto profesionales como descollantes sacerdotes, respectivamente. Además, en 1913 la Congregación abre el connotado Liceo Alemán de Osorno que a partir de 1936 pasó a llamarse Instituto San Mateo perdurando en su dirección sólo hasta 1958, al traspasarlo en dicho año a la Compañía de Jesús. Los colegios de la Congregación del Verbo Divino son conocidos y apreciados por su alto nivel académico, su sólida formación valórica y religiosa y sus destacados logros deportivos.

Son miles sus exalumnos que se desempeñaron o desempeñan en las más variadas actividades de la sociedad e Iglesia, haciendo presente en ellas los valores de la fe cristiana. Destacados sacerdotes, hermanos y profesores laicos, han dedicado sus mejores esfuerzos para corroborar con sólidas razones e investigaciones que fe y ciencia se complementan; que la cultura se humaniza al ser impregnada por la fe y los valores, y que la fe debe traducirse en vida, especialmente en el servicio al prójimo.

Sus Colegios y Escuelas están presentes en todos los sectores de la sociedad, dando así expresión amplia y concreta a su carácter misionero que no excluye a nadie. Todos sus Colegios comparten la inquietud de crear una sociedad fraternal, justa y solidaria, de convivencia pacífica, respetuosa y tolerante.

La Congregación siempre ha valorado grandemente la familia, su grandeza,su importancia y su misión, fortalecida en el amor, la comunicación, el afecto recíproco y la responsabilidad, afianzándola en Dios-Trinidad. Por ello, la Congregación proporciona una sana y equilibrada educación y transmite a sus alumnos y alumnas los valores de la familia con conceptos claros sobre el amor, la sexualidad y el matrimonio.

Asimismo, la Congregación se esfuerza por formar personas, niños y jóvenes felices, que desarrollen sus potencialidades en bien de los demás, para felicidad propia y familiar; hace un esfuerzo serio por transmitir y elaborar cultura científica, desde una visión de hombre, mundo y sociedad que emana del Evangelio y de un auténtico humanismo.

La espiritualidad de la Congregación se nutre de la Palabra de Dios y tiene sus ejes en : Dios-comunidad trinitaria; el Verbo de Dios hecho hombre; el Espíritu Santo, luz y fuerza; la misión de cada hijo de Dios. El amor a la Eucaristía y devoción filial a María, Virgen y Madre del Verbo Encarnado, son otra herencia de nuestro Fundador

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